El verdadero valor de nuestro café, está en las manos curtidas por el sol y el trabajo constante de este padre abnegado, que hace de nuestra cosecha un testimonio de una tradición ancestral. En cada grano de café que cultiva, se percibe el cariño y la dedicación que le imprime a nuestra tierra.

JADE CAFÉ no es solo una bebida, es la herencia de generaciones, un legado de sabor y aroma que nos reconforta y nos conecta con la naturaleza. Gracias a su esfuerzo, podemos disfrutar de una taza de café excepcional, cultivada con paciencia y sabiduría.